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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Cogorzas medievales

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Siempre me he preguntado...¿por qué narices la gente tiende a asociar la Edad Media con un mundo frío, oscuro y eternamente lluvioso? No lo sé: supongo que ha tenido la mala suerte de ir a caer entre dos de los episodios más luminosos de nuestra Historia: la Edad Clásica y el Renacimiento. Si dibujamos una imaginaria línea cronológica, la Edad Media tiene la apariencia de una veta de carbón entre dos bloques de mármol blanco. Otras personas, más inocentes o quizás más creativas, se imaginan el Medievo como  una inmensa partida de rol llena de espadas, armaduras de cuero y lozanas posaderas de pechos generosos. Sin embargo la Edad Media es un período histórico excepcionalmente largo e intenso, durante el cual Europa entera se convulsionó y cambió de forma no una, sino mil veces, en una continua metamorfosis que abarca desde la caída del Imperio Romano hasta el descubrimiento de América. Echad cuentas, así a ojo: el tinglado empieza en el siglo V, y no acaba hasta el XV.